- Cinco goles como cinco soles. Este futbolista marcó un poco mi adolescencia pese a no ser un Maradona, Boban o Van Basten. Cinco fueron los goles que llegó a meter en el Mundial de Italia 90, únicamente superado por el italiano Salvatore Schillaci.
La Alemania de Matthäus quedó campeona, Argentina subcampeona y España tuvo un discreto papel. Pero aquel Mundial nos descubrió grandes futbolistas, y Tomás Skuhravy (Tomáš Skuhravý) fue uno de ellos, que con la extinta selección checoslovaca alcanzó los cuartos de final.
A nivel de clubes llegó a militar en el Genoa italiano durante cinco temporadas, pasó por el Sporting de Portugal y dejó su huella goleadora por varios equipos de su país. Por cierto, además del desaparecido combinado checoslovaco, Tomás también tuvo tiempo para representar a la nueva selección checa.
- Como ya he dicho, Skuhravy se ganó mi asombro en aquel fútbol de los noventa que tan lejos nos queda. Era un delantero fuerte, de gran estatura (1´93) y con muy buen desmarque. Sabía manejar el balón y peleaba en todas las jugadas, pero sobre todo era imparable en el juego aéreo. Delanteros de su índole sobresalían por aquella época, algo que se está perdiendo.
Nacido en Český Brod (República Checa) el 7 de septiembre de 1965, empezó a jugar al fútbol a comienzos de los setenta, en un equipo checoslovaco llamado Sokol Přerov Nad Labem. Después de nueve años de formación, el joven ariete entraría a formar parte de uno de los clubes más importantes de su país, el Sparta de Praga. Completó su ciclo formativo en la academia capitalina, con la que además llegaría a producirse su estreno profesional.
A comienzos de los ochenta, Tomás fue demostrando tímidamente que tenía gol. Para el Sparta llegó a marcar cuatro en apenas treinta partidos, aunque su mejor momento en Praga aún estaba por llegar. Es por ello que, antes de sobresalir con la escuadra granate, Skuhravy tendría que foguearse en las filas del RH Cheb, donde estuvo dos temporadas para anotar diecisiete dianas. En 1986 retornaría al Sparta.
Entonces llegarían sus mejores años. Aún joven, el delantero checo se convertiría en la referencia atacante del cuadro praguense. En cuatro años incrementaría su cifra goleadora en la competición checoslovaca, registrando para el Sparta un total de 55 tantos, lo que hasta el momento sumaría 76.
Con sus goles, Skuhravy ayudaría a su equipo para alcanzar varios títulos, sumando hasta el final de su estancia un total de cinco Ligas y tres Copas, así como otros galardones que le llevarían a formar parte de la selección checoslovaca.
Con el equipo nacional se presentó en la Copa del Mundo de Italia, en la que registró cinco goles en cinco apariciones. Lo cierto es que todos sus tantos vinieron en dos partidos -hat trick ante Costa Rica y doblete ante USA- pero el fornido delantero checo dio mucho que hablar en el evento internacional.
No podía ser más positiva su actuación mundialista, ya que este tipo de escaparates siempre han sido los mejores para buscar equipo en las mejores ligas del mundo. Tomás encontraría acomodo en el Genoa, equipo del Calcio italiano con el que prolongaría un poco su racha goleadora.
Debutó para Bagnoli un 9 de septiembre de 1990. Fue en un partido inaugural de la Liga Calcio ante el Milan, en una visita a San Siro que acabó con una derrota por la mínima de 1-0. Sus goles en Italia se harían esperar unas jornadas más.
Se dice que "más vale tarde que nunca", y el checo hizo esperar a la afición genovesa noventa minutos de la octava jornada para establecer su primer tanto en la liga italiana. Con su gol, el Genoa logró sacar un empate como visitante ante la Fiorentina (2-2).
Un gol llamó a otros tantos, hasta el punto de anotar una quincena en aquella campaña 1990\91, la primera de sus cinco años como miembro del Genoa. Por entonces entraban todas, e incluso recuerdo partidos memorables del delantero eslavo en competiciones europeas.
Pero todo ciclo tiene su fin, y el de Skuhravy llegaría tras abandonar el país de la bota. En cinco años compitiendo en la Serie A, el letal atacante registraría un total de 59 goles en 164 partidos, abandonando Génova en 1995. Con el descenso de la entidad de Luigi Ferraris, el checoslovaco decidiría cambiar de aires, fichando por el Sporting de Portugal en el verano de 1995.
En el Mundial de Italia 90, Skuhravy fue uno de los mejores delanteros con cinco goles. |
- Con pocas oportunidades y un año de sequía goleadora, Skuhravy se marcharía del equipo lisboeta para retirarse en la nueva República Checa jugando para el Viktoria Žižkov. Se retiró en 1997 para regentar un bar nocturno en la Génova que disfrutó de sus goles. También ha hecho apariciones televisivas como comentarista en un canal local.
Casi todos sus goles como internacional vinieron en su gloriosa actuación de Italia 90. Tomás Skuhravy registró un total de 14 tantos en 43 partidos. A partir de 1994 jugó para la recién nacida República Checa, a la que también dedicó tres goles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario