- Le llamaban el "Príncipe del Hielo", incluso se escribió una obra en su honor a la que algún día me gustaría acceder. Fue una de las muertes más trágicas del fútbol mundial, una estrella que en pleno cambio de siglo dejó su vida en el acantilado de Ko Samui (Tailandia) cuando disfrutaba de sus merecidas vacaciones junto a su familia.
Dejó el recuerdo de ser uno de los mejores futbolistas eslavos, seguramente el más talentoso que se ha visto en su país natal. Llegó a España para jugar en el Real Madrid precedido de una gran fama y acabó su carrera en el Real Oviedo, con el que jugaría los últimos partidos de su corta vida.
Los seguidores del fútbol español aún le recordamos. Peter Dubovsky (Peter Dubovský), aquel jugador al que no le dejaron triunfar en el Real Madrid pese a ser un tipo con mucha calidad. Con la selección eslovaca tuvo tiempo a participar en 33 partidos en los que dejó una docena de goles.
Dubovsky como jugador del Real Oviedo. |
Cuando llegó a España ya se hablaba se sus habilidades. Dubovsky era un especialista en los lanzamientos a balón parado, un regateador de lujo, gran pasador y bastante goleador. Era un talentoso mediapunta que podía actuar incluso más rezagado, pero sobre todo en ataque es cuando desplegaba todo su ingenio como futbolista pese a que en su etapa como merengue no le fuera tan bien.
Dio sus primeros pasos en el F.K. Vinohrady, un equipo de la capital eslovaca en el que obtuvo formación antes de fichar por el Slovan de Bratislava, con el que daría el salto profesional a finales de los ochenta, poco antes de que se disolviera la competición eslovaca. Fue en el Slovan donde Peter se dio a conocer para toda Europa, además de su papel con la extinta selección checoslovaca, para la que debutaría con diecinueve años.
Su último logro fue conquistar la liga checoslovaca en 1992, poco antes de abandonar su país para aceptar el mayor reto de su vida como deportista. Con la vitola de ser el "Mejor Futbolista Eslovaco del Año", Dubovsky aterrizaría en España como un gran desconocido.
Los diarios nacionales se agolpaban por anunciar la nueva apuesta de futuro para el Real Madrid, que aterrizaría en la capital española en 1993 para mostrarse sorprendido ante los medios. Venía para ser el sucesor de un Robert Prosinecki que había decepcionado en Madrid, que poco después se marcharía al Oviedo.
Con el croata coincidiría en un equipo en el que también se hallaban los Butragueño, Zamorano, Hierro, Míchel, Luis Enrique y Paco Buyo, todos ellos a las órdenes de Benito Floro, sustituido después por Vicente Del Bosque.
Su fichaje generó ciertas dudas, pero ya en su primera aparición demostró que tenía ciertas maneras como futbolista. El 4 de septiembre de 1993, el eslovaco salió como titular en El Sadar para derrotar a Osasuna por 1-4. Fue su gran estreno en Primera División.
Dubovsky se estrenaría como goleador blanco poco después, en un partido de la Recopa europea ante el Lugano suizo que acabó con 3-0 para el Madrid. No obstante, el centrocampista tardaría mucho en hacer su primer tanto en Liga, el cual serviría para derrotar al Valencia en el Santiago Bernabéu cuando el campeonato ya tocaba a su fin (3-2).
En su primer año tuvo bastantes apariciones, pero ya en su segunda campaña como madridista tan solo participaría en cinco partidos de Liga a las órdenes de Jorge Valdano, quien no albergaba muchas esperanzas en el talento eslavo.
Peter se fue del Madrid con un título de Liga y una Supercopa española. Abandonó la capital para fichar por el Oviedo como cedido, aunque su papel en la escuadra carbayona haría que el club se hiciese con sus servicios definitivamente.
Durante cinco temporadas jugó para un Oviedo de Primera en el que casi siempre fue un jugador determinante. Sobrepasó los 150 partidos en la máxima categoría sin poder decir mucho más en la que es considerada la mejor liga del mundo. Cuando el jugador aguardaba de vacaciones la próxima campaña 2000\01, de forma sorprendente, ésta se iniciaría con el dorsal diez desocupado.
Como internacional, Peter Dubovsky representó a las selecciones de Checoslovaquia y Eslovaquia. |
- Peter disfrutaría de las últimas vacaciones de su vida. Viajó a Tailandia junto a su novia y su hermano para relajarse tras cumplir con 151 partidos en Primera División. Un 23 de junio de 2000, el jugador quiso explorar de cerca las cataratas de Ko Samui, situadas a 550 kilómetros de Bangkok. La mala fortuna se cruzó en su camino cuando se desplomó por el acantilado a una altura de 20 metros.
Trataron de salvar la vida del jugador, que además de varias fracturas padeció una hemorragia cerebral que acabaría con su vida. Dubovsky, con tan solo 28 años, dejaría el fútbol de la forma más dramática justo en la flor de la vida. Que en paz descanse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario